Lo vio toda Europa menos el árbitro del partido y su nutrido grupo de asistentes. Un gol de M’Bia en clarísimo fuera de juego rompió esta semifinal en favor del Sevilla pasada la media hora, después de un inicio en el que el Valencia había llevado más la iniciativa. La injusticia descolocó durante unos minutos al Valdencia, los que aprovechó Bacca para hacer el segundo y pudo ser todavía peor, porque a partir de ese momento el equipo de Pizzi tenía que arriesgar con el peligro de exponerse a las contras del Sevilla. Se lleva el Valencia un resultado duro, inmerecido, que pudo haber cambiado en la fase final del choque con cuatro ocasiones claras, una de ellas estrellada en el larguero, pero aún así esto no es definitivo. Será difícil, pero hay partido en Mestalla.
Se palpaba la tensión desde días antes del partido e iba creciendo conforme se acercaba el pitido inicial. Pizzi montó el once esperado, pero con la defensa unos metros más adelantada de lo normal con la idea de dominar el esférico y robar rápido la pelota al Sevilla. Eso sí, la primera falta del partido llegó en el minuto siete por parte de Parejo, que salió a morder. Es lo que tocaba.
El Sevilla buscaba la conexión Rakitic-Bacca, pero el muro defensivo montado por Pizzi se mantenía firme ante los ramalazos andaluces. Cumplido el primer cuarto de hora iba siendo momento de probar l portero rival y no podía ser otro que Alcácer, máximo goleador del equipo en Europa, el primero en disparar a puerta. Beto despejaba con clase el primer envite.
El ‘clínic’ de Keita. El centrocampista del Valencia se encuentra en una segunda juventud en Valencia. Roba como un destructor, reparte juego como un organizador y hace filigranas con más facilidad de la que aparenta.
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